El Poder del Espíritu Santo

Posted 12:26 by Rincon Cristiano in Etiquetas:
El Poder del Espíritu Santo.”
Romanos 15:13.















El PODER es una prerrogativa especial y propia de Dios y sólo de Dios. “Dos veces he oído esto: que de Dios es el poder.” Dios es Dios, yel poder le pertenece. Aunque delegue una porción de él a Sus criatu-ras, sigue siendo Su poder.


El sol, aunque es “como un esposo que salede su tálamo, se alegra como gigante para correr el camino,” sin embar-go no tiene poder para ejecutar sus movimientos sino de la manera co-mo lo dirige Dios. Las estrellas, aunque viajan en sus órbitas y nada las puede detener, no tienen ni poder ni fuerza excepto el que Dios les otorga diariamente.

El alto arcángel, junto a Su trono, que brilla más que un cometa resplandeciente, aunque es uno de aquellos que desta-can en fuerza y que escucha la voz de los mandamientos de Dios, sin embargo no tiene sino el poder que su Creador le da. En cuanto a Leviatán, que en pos de sí hace resplandecer la senda, que parece que el abismo es cano; y Behemot que se bebe de un tragoel Jordán y se jacta de poder chupar ríos enteros.

Esas criaturas majestuosas que se encuentran sobre la tierra, deben su fortaleza a Él, queformó sus huesos de acero, y sus miembros como barras de hierro. Y cuando pensamos en el hombre, si tiene fuerza o poder, todo eso es tan poco e insignificante, que apenas si lo podemos considerar. Sí, cuando está en su punto más grande, cuando empuña su cetro, cuando está al mando de sus ejércitos, cuando gobierna naciones, aún así el poder le pertenece a Dios. Y es verdad “Dos veces he oído esto: que de Dios es el poder.”.

Esta prerrogativa exclusiva de Dios, se encuentra en cada una de las tres Personas de la gloriosa Trinidad. El Padre tiene poder, pues por Supalabra fueron hechos los cielos y todo lo que contienen. Por su fuerza todas las cosas se mantienen y por Él cumplen con su destino. El Hijo tiene poder, pues como Su Padre, Él es el Creador de todas las cosas,“sin él no fue hecho nada de lo que ha sido hecho.” y “en él todas las cosas subsisten.” Y el Espíritu Santo tiene poder. Hoy voy a hablaracerca del poder del Espíritu Santo.

Espero que puedan tener ustedes una ejemplificación práctica de ese atributo en sus propios corazones,cuando sientan que la influencia del Espíritu Santo está siendo derramada en mí, y que estoy comunicando las palabras del Dios viviente alas almas de ustedes. Y que esa influencia les sea otorgada también a ustedes y que sientan sus efectos en sus propios espíritus. Consideraremos el poder del Espíritu santo de tres maneras en estedía.

Primero, las manifestaciones externas y visibles de ese poder.

Segundo, las manifestaciones internas y espirituales de él.

Y tercero, las obras futuras y esperadas derivadas de ese poder. Confío que de esta

manera el poder del Espíritu se hará presente claramente en las almas de ustedes. I. Primero, entonces, debemos ver el poder del Espíritu en SUS MA-NIFESTACIONES EXTERNAS Y VISIBLES. El poder del Espíritu no haestado inactivo, ha estado trabajando. Mucho ha sido hecho ya por elEspíritu de Dios; más de lo que pudiera haber sido logrado por ningún ser excepto el Infinito, Eterno, Todopoderoso Jehová, de quien el Espíri-tu Santo es una Persona. Hay cuatro obras que son los signos externos y manifiestos del poder del Espíritu: las obras de creación, obras de re-surrección, obras de testimonio y las obras de gracia. De cada una de estas obras hablaré brevemente.

1. Primero, el Espíritu ha manifestado la omnipotencia de su poder en las obras de creación. Pues aunque no se menciona frecuentemente en la Escritura, sin embargo, algunas veces la creación es atribuida al Espíritu Santo, así como también al Padre y al Hijo. La creación de los cielos se nos dice que es la obra del Espíritu de Dios. Esto lo verán deinmediato en las sagradas Escrituras, Job 26:13: “Su espíritu adornólos cielos; Su mano creó la serpiente tortuosa.” Se dice que, todas las estrellas del cielo fueron colocadas en lo alto por el Espíritu y una cons-telación particular llamada la “serpiente tortuosa” es señalada espe-cialmente como el trabajo de Sus manos.

Él desata las ligaduras de Orión. Él ata con cadenas las dulces in-fluencias de las Pléyades y guía a la Osa Mayor junto con sus hijos. Él hizo todas esas estrellas que brillan en el cielo. Los cielos fueron ador-nados por sus manos y Él formó a la serpiente tortuosa por su poder. Y así también muestra su poder en esos actos continuos de creación que todavía se realizan en el mundo. Como el crear al ser humano y a los animales, su nacimiento y generación. Estos también se le asignan al Espíritu Santo.

Si ven el Salmo 104, en los versículos 29 y 30, leerán, “Escondes tu rostro, se turban; les quitas el hálito, dejan de ser, y vuelven al polvo.Envías tu Espíritu, son creados; y renuevas la faz de la tierra.” Así ven ustedes que la creación de todo hombre es la obra del Espíritu, y la creación de toda vida y toda carne. La existencia de este mundo se debe atribuir al poder del Espíritu así como también el primer ador-no de los cielos o darle forma a la serpiente tortuosa. Y si ven en el pri-mer capítulo del Génesis, allí notarán particularmente explicada esa peculiar obra de poder en el universo que fue llevada a cabo por el Espíritu Santo.

Ustedes descubrirán entonces cuál fue Su trabajo espe-cial. En el versículo segundo del primer capítulo de Génesis, leemos; “Yla tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la fazdel abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.” No sabemos cuán remoto pueda ser el período de la creación de nuestra tierra, ciertamente muchos millones de años antes del tiempo de Adán. Nuestro planeta ha pasado por varias etapas de existencia ydiferentes clases de criaturas han vivido en su superficie, todas ellas creadas por Dios. Pero antes que esa era llegara, en la que el serhumano sería su habitante principal y monarca, el Creador entregó elmundo a la confusión. Permitió que los fuegos internos estallaran desde las profundidades y fundió toda la materia sólida de manera que todaclase de sustancias estaban mezcladas en una vasta masa de desorden.

El único nombre que se podría dar al mundo de entonces es que era una caótica masa de materia. Cómo debió haber sido, no podrían ustedes adivinarlo o definirlo. La tierra estaba enteramente desordenada y vacía. Las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Llegó el Espíritu y extendiendo sus anchas alas, ordenó a lastinieblas que se dispersaran y al volar Él sobre la tierra, todas las dife-rentes porciones de materia se colocaron en sus lugares y ya no fue “desordenada y vacía”.

Se volvió redonda como sus planetas hermanosy se puso en movimiento, cantando elevadas alabanzas a Dios, no demanera discordante como lo había hecho antes, sino como una gran-diosa nota en la vasta escala de la creación. Milton describe muy bellamente este trabajo del Espíritu que establece el orden donde hay confusión, cuando el Rey de la Gloria, en su poderosa Palabra y Espíritu, vino para crear nuevos mundos— “Sobre el piso celestial se detuvieron, y desde la orilla Contemplaron el vasto inmensurable abismo Tempestuoso como un mar, sombrío, desolado, salvaje, Conmocionado hasta el fondo por vientos furiosos, Y por olas hinchadas como montañas, al asalto De las alturas del cielo para mezclar el polo con lo profundo. ‘Silencio, ustedes, olas perturbadas, y tu, abismo, paz,’ Dijo la Palabra que todo crea. Pongan fin a sus discordias. Entonces sobre las aguas calmadas El Espíritu de Dios Extendió sus alas creadoras E infundió virtud vital y calor vital A través de toda la masa fluida.” Esto, vean ustedes, es el poder del Espíritu.

Si hubiéramos visto a esa tierra en toda su confusión, hubiéramos dicho, “¿Quién puede hacer un mundo de todo esto?” La respuesta hubiera sido, “El poder delEspíritu lo puede hacer. Con sólo extender sus alas como de paloma, Él puede hacer que todas las cosas se junten. Por ello habrá orden en donde no había nada sino confusión.” Y esto no es todo el poder del Espíritu. Hemos visto algunas de sus obras en la creación.

Pero hubo una instancia en particular de creación en la que el Espíritu Santo estuvo más especialmente ocupado, a saber, la formación del cuerpo de nues-tro Señor Jesucristo. Aunque nuestro Señor Jesucristo nació de una mujer y fue hecho asemejanza de la carne pecadora, sin embargo el poder que lo engendróestuvo enteramente en Dios el Espíritu Santo, como lo expresan las Escrituras, “El poder del Altísimo te cubrirá con su sombra.” Él fue con-cebido por el Espíritu Santo, como dice el Credo de los Apóstoles.

“Por lo cual también el Santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios.”La estructura corporal del Señor Jesucristo fue una obra maestra realizada por el Espíritu Santo. Supongo que Su cuerpo debe haber so-brepasado a todos los demás en belleza. Que haya sido como el del primer hombre, justo el modelo de lo que el cuerpo será en el Cielo, en donde resplandecerá en toda su gloria. Esa estructura, en toda su be-lleza y perfección, fue modelada por el Espíritu. En Su libro estaban di-señados todos sus miembros cuando todavía no habían sido creados. ÉlLo modeló y Lo formó. Aquí pues, tenemos otro ejemplo de la energía creativa del Espíritu.

Una segunda manifestación del poder del Espíritu Santo se en-cuentra en la resurrección del Señor Jesucristo. Si alguna vez han es-tudiado este tema, pueden haberse sentido desconcertados al hallarque, algunas veces, la resurrección de Cristo se le atribuye a Él mismo.Por su propio poder y Divinidad. Él no podía haber sido detenido por los lazos de la muerte, pero como Él voluntariamente entregó su vida, tenía poder para retomarla. En otra parte de la Escritura encontramos que la resurrección es atribuida a Dios el Padre, “Le levantó de los muertos.” “Exaltado por la diestra de Dios.” Y así otros muchos pasajes similares. Pero, también se dice en la Escritura que Jesucristo fue levantado de entre los muertos por el Espíritu Santo. Ahora bien, todas esas cosas son ciertas.

Él resucitó por el Padre porque el Padre dijo, “suelten alprisionero, déjenlo ir. La justicia ha sido satisfecha. Mi Ley ya no requiere más satisfacción, la venganza ha recibido lo que le correspondía,déjenlo ir.” Aquí dio Él un mensaje oficial que liberó a Jesús de la tumba. Fue levantado por Su propia majestad y poder porque Él tenía el derecho de salir y así lo sintió Él y por ello “rompió las ataduras de lamuerte, Él ya no podía ser retenido por ellas.” Pero Él fue levantado porel Espíritu en cuanto a esa energía que recibió Su cuerpo mortal, por lacual se levantó de nuevo después de haber permanecido en su tumba por tres días y noches. Si quieren pruebas de esto deben abrir otra vez su Biblia:


1 Pedro3:18, “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, eljusto por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu.” Y se puede encontrar otraprueba en Romanos, 8:11 (me gusta citar los textos porque creo que es una gran falla de los cristianos no escudriñar las Escrituras lo suficiente y yo haré que lo hagan cuando estén aquí, si es que no lo hacen enotros lugares), “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.”

La resurrección de Cristo, pues, fue efectuada por la agencia del Es-píritu y aquí tenemos una noble ilustración de Su omnipotencia. Si hubieran podido entrar, como lo hicieron los ángeles, en la tumba de Jesús y ver su cuerpo durmiente, lo hubieran encontrado frío comocualquier otro cadáver. Si levantaran Su mano, se desplomaría a un lado.

Si hubieran podido mirar sus ojos, estarían vidriosos. Y allí se ve la lanzada mortal que debió acabar con su vida. Vean sus manos, no fluye la sangre, están frías e inmóviles.¿Puede vivir ese cuerpo? ¿Puede levantarse? Sí. ¡Y ser un ejemplo delpoder del Espíritu! Porque cuando el poder del Espíritu llegó a Él, aligual que cuando cayó sobre los huesos secos del valle, “Se levantó en la majestad de Su divinidad, brillante y resplandeciente, que asombró a los vigilantes de manera que huyeron. Sí, se levantó para no morir más,sino para vivir para siempre, Rey de reyes y Príncipe de los reyes de latierra.”

3. La tercera de las obras del Espíritu Santo que han demostrado supoder de manera maravillosa, son las obras de testimonio. Con ello quiero decir las obras que atestiguan. Cuando Jesucristo fue bautizadoen el río Jordán, el Espíritu Santo descendió sobre Él en forma de paloma y lo proclamó el Hijo Amado de Dios.

Eso es lo que yo llamo una obra de testimonio. Y cuando después levantó al muerto, cuando sanóal leproso, cuando les habló a las enfermedades y éstas huyeron rápi-damente, cuando salieron precipitadamente por millares los demonios de los que estaban poseídos, todo eso se hizo por el poder del Espíritu. El Espíritu habitaba en Jesús sin medida y por ese poder se obrarontodos esos milagros. Estas fueron obras de testimonio. Y cuando Jesús se fue, recordarán ese magistral testimonio del Espíritu que regresó como un poderoso viento estruendoso entre los Apósto-les congregados y se les aparecieron lenguas repartidas como de fuego,asentándose sobre cada uno de ellos y fueron todos llenos del EspírituSanto y comenzaron a hablar en otras lenguas, según como el Espíritu les daba que hablasen. Y cómo también, ellos hicieron milagros.

Cómo predicaban, cómo Pedro resucitó a Dorcas, cómo Pablo sopló la vida enEutico, cómo se hicieron grandes milagros por los apóstoles así como lohabía hecho su Señor, de manera que se vieron grandes, “señales yprodigios, llevados a cabo por el poder del Espíritu de Dios y muchos creyeron.”

Después de eso ¿quién dudará del poder del Espíritu Santo? ¡Ah! esos miembros de la secta de Socinio que niegan la existencia del Espí-ritu Santo y Su absoluta personalidad, ¿qué van hacer cuando los atrapemos mostrándoles las obras de creación, de resurrección y de testimonio? Están contradiciendo la Escritura. Pero observen: es una piedrasobre la que si algún hombre cae, saldrá lastimado; pero si cae sobre élcomo lo hará si se resiste, lo triturará hasta convertirlo en polvo. El Espíritu Santo tiene poder omnipotente. Sí, el poder de Dios porque Él es Dios.

4. Una vez más, si queremos otro signo externo y visible del poderdel Espíritu, podemos mirar a las obras de gracia. Vean una ciudad donde un adivino tiene el poder que ha proclamado él mismo como una gran persona. Un cierto Felipe entra y predica la Palabra de Dios, en seguida Simón el Mago pierde su poder y él mismo busca para sí el poder del Espíritu, imaginando que puede comprarse con dinero. Vean, en tiempos modernos, un país en donde los habitantes vivenen miserables tiendas hechas de paja, y se alimentan de reptiles y de otras criaturas semejantes; obsérvenlos cómo se inclinan ante sus ído-los y cómo adoran a sus falsos dioses y cómo están tan hundidos en la superstición, y tan degradados que se llegó a debatir si tenían alma o no. Vean a un Robert Moffat, (misionero en Sudáfrica por más de 50 años) que va con la Palabra de Dios en su mano, (que él mismo tradujo al lenguaje de los bechuanas) óiganlo predicar con la capacidad de ex-presión que le da el Espíritu, acompañando esa Palabra con poder.

Ellos arrojan a un lado sus ídolos, odian y aborrecen sus costumbres anteriores; construyen casas en donde ellos habitan; se visten y ahora tienen una mente recta. Rompen el arco y parten la lanza en pedazos; la gente incivilizada se vuelve civilizada; el salvaje se vuelve educado; el que no sabía nada co-mienza a leer las Escrituras. De esta manera por boca de aquellos quefueron salvajes, Dios atestigua el poder de Su poderoso Espíritu.

Tomen una casa en esta ciudad, y los podríamos llevar a muchas de esas casas, el padre es un borracho, un hombre que vive en una condi-ción desesperada; véanlo en su locura, y ustedes preferirían encontrar-se con un tigre sin cadenas que con un hombre así. Da la impresión que él podría partir a un hombre en pedazos si llegara a ofenderlo. Ob-serven a su esposa.

Ella también tiene su voluntad, y cuando él la trata mal, le opone resistencia; se han visto muchas peleas en esa casa, y a menudo el ruido que generan molesta a todo el vecindario. En cuanto a los pobres niños, véanlos en sus harapos y desnudez, pobres pequeños ignorantes. ¿Ignorantes dije? Están siendo instruidos y muy bien ins-truidos en la escuela del demonio y están creciendo para ser herederos de la condenación.

Pero alguien a quien Dios ha bendecido por su Espí-ritu es guiado a esa casa. Tal vez sólo se trata de un humilde misionero de la ciudad, pero le habla a ese hombre: “Oh” dice, “ven y escucha la voz de Dios.” Y ya sea por su propio mensaje o por la predicación del ministro, la Palabra, que es eficaz y poderosa, corta el corazón del pecador. Las lágrimas corren por sus mejillas como nunca se había visto antes. Tiembla y se estre-mece, el hombre fuerte se inclina, el hombre poderoso tiembla y esas rodillas que nunca temblaron, comienzan a tambalearse. Ese corazón que nunca se acobardó, ahora comienza a temblar ante el poder del Es-píritu.

Se sienta en una humilde banca junto al penitente, deja que sus ro-dillas se doblen mientras que sus labios pronuncian la oración de unniño, pero aunque es la oración de un niño, es la oración de un hijo de Dios. Le cambia su carácter. ¡Observen el cambio en su casa! Su mujer, se vuelve una señora decente, esos niños son el crédito de la casa y, a su debido tiempo, crecen como ramas de olivo alrededor de su mesa,adornando su casa como piedras preciosas.

Si pasan por esa casa, no escucharán ruido ni peleas, sino cánticos de Sión. Véanlo, no más orgías de borracho; ha vaciado su última copa y aho-ra, renunciando a lo anterior, viene a Dios y es Su siervo. Ahora ya noescucharán a la media noche el grito de las bacanales, pero si se oyera un ruido, sería el sonido de un solemne himno de alabanza a Dios. Y,entonces, ¿acaso no hay algo así como el poder del Espíritu? ¡Sí! Y estos seres deben haberlo experimentado y visto.

Conozco un pueblo, que fue una vez el más profano de Inglaterra, unpueblo inundado de borrachos y de libertinos de la peor clase, donde era casi imposible que un viajero honesto se detuviera en una posada sin ser molestado por las blasfemias, un lugar notorio por sus incendia-rios y por sus ladrones. Un hombre, el jefe de todos, escuchó la vez de Dios. El corazón de ese hombre fue quebrantado. Todos sus pandilleros vinieron también para escuchar la predicación del Evangelio, y se sen-taron y parecían reverenciar al predicador como si fuera un dios y no un hombre.

Estos hombres fueron cambiados y reformados; y todo aquel que conoce ese lugar afirma que un cambio así no hubiera podidoocurrir nunca, sino sólo mediante el poder del Espíritu Santo. Dejen que se predique el evangelio y que sea derramado el Espíritu y verán que tiene un poder tal como para cambiar la conciencia, para mejorar la conducta, para levantar al degradado, para castigar y reprimir la maldad de la raza, y ustedes deben gloriarse en eso. Digo: nada hay como el poder del Espíritu. Tan solo déjenlo entrar y seguramente todopuede lograrse. II. Ahora, el segundo punto. EL PODER INTERIOR Y ESPIRITUAL DEL ESPÍRITU SANTO. Lo que ya he mencionado, puede ser visto.

De lo que estoy a punto de hablar debe de ser sentido y ningún hombre en-tenderá verdaderamente lo que digo a menos que lo sienta. Lo visible, aun el infiel debe confesarlo; lo visible, el más grande blasfemo no pue-de negarlo, habla la verdad; pero de este poder interior alguien se reirá con entusiasmo y otro dirá que no es sino la invención de nuestras fantasías febriles. Sin embargo, tenemos una palabra de testimonio mássegura que todo lo que ellos puedan decir. Tenemos un testigo en nues-tro interior. Sabemos que es la verdad y no tenemos miedo de hablardel poder interno espiritual del Espíritu Santo. Observemos dos o tres cosas en las que el poder interior y espiritual del Espíritu Santo se pue-de ver muy grandemente y alabarlo. 1.

Primero, el Espíritu Santo tiene poder sobre los corazones de los hombres. Ahora bien, los corazones de los hombres son difíciles de im-presionar. Si quieres interesarlos en cualquier objeto mundano, lo pue-des lograr. Una palabra engañosa puede ganar el corazón de un hom-bre, un poco de oro puede ganar el corazón de un hombre, un poco defama y un poco del clamor del aplauso puede ganar el corazón de unhombre. Pero no hay ningún ministro que respire que pueda ganar elcorazón de un hombre por sí mismo. Puede ganar sus oídos y hacer que lo escuchen; puede ganar sus ojos y hacer que se fijen en él; puede ga-nar la atención, pero el corazón es muy resbaloso. Sí, el corazón es un pez que no se deja atrapar por los pescadores del Evangelio.

Pueden al-gunas veces jalarlo casi fuera del agua pero, viscoso como una anguila,se resbala entre sus dedos, y, después de todo, no lo capturan. Muchos hombres se han imaginado que han capturado el corazón, pero se handesengañado. Se necesita un hábil cazador para atrapar al ciervo en las montañas. Es demasiado rápido para que el pie humano pueda acer-cársele. Sólo el Espíritu tiene el poder sobre el corazón del hombre. ¿Al-guna vez han probado ustedes su poder en un corazón? Si un hombrepiensa que un ministro puede convertir el alma, me gustaría que lo in-tentara. Déjenlo que vaya y sea un maestro de la escuela dominical. Dará su clase, tendrá los mejores libros que puedan obtenerse, tendrá las mejores reglas, instalará sus murallas alrededor de su Sebastopolespiritual. Tomará al mejor muchacho de su clase y mucho me equivoco si ese muchacho no estará cansado en una semana. Déjenlo que pase cuatroo cinco domingos intentándolo, pero luego dirá “Este muchacho es in-corregible.” Déjenlo intentar con otro. Y tendrá que intentar con otro y otro y otro, antes de que pueda ser capaz de convertir a uno.

Pronto se dará cuenta que: “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. ¿Puede convertir un ministro? ¿Puede tocar el corazón? David dijo, “Se engrosó el corazón de ellos como sebo.”Sí, eso es completamente cierto y no podemos atravesar tanta grasa.Nuestra espada no puede llegar al corazón porque está recubierto de talcantidad de grasa, es más duro que una rueda de molino. Más de una buena espada vieja de Jerusalén ha perdido su filo contra un corazón duro. Una pieza del verdadero acero que Dios ha puesto en las manos de sus siervos ha perdido su filo al ser apuntada contra el corazón de un pecador. No podemos llegar al alma; pero el Espíritu Santo puede.“Mi amado metió su mano por la ventanilla, y mi corazón se conmovió dentro de mí.” Él puede dar un sentido del perdón comprado con la sangre que puede disolver a un corazón de piedra.

Él puede—Hablar con esa voz que despierta a los muertos, Y que ordena levantarse al pecador, Y que hace que la conciencia culpable tema La muerte que nunca muere. Él puede hacer que se oigan los truenos del Sinaí; sí y Él puede hacer que los dulces susurros del Calvario entren en el alma. Él tiene poder sobre el corazón del hombre. Y la prueba gloriosa de la omnipotencia del Espíritu es que Él tiene dominio sobre el corazón. 2. Pero hay una cosa más terca que el corazón.

Es la voluntad. “Mi Señor Obstinado,” como Bunyan la llama en su libro “La Guerra San-ta,” es un individuo que no puede ser fácilmente doblegado. La volun-tad, especialmente en algunos hombres, es una cosa muy terca, y en todos los hombres, si la voluntad es movida a oponerse, no hay nada que se pueda hacer con ellos.

Alguien cree en el libre albedrío. Muchos sueñan con el libre albedrío. ¡El Libre Albedrío! ¿Dónde se puede encon-trar eso? Una vez hubo libre albedrío en el Paraíso, y un terrible caosgeneró allí el libre albedrío, porque echó a perder todo el Paraíso y arro-jó a Adán fuera del huerto. Una vez hubo libre albedrío en el cielo, pero arrojó fuera al glorioso arcángel y una tercera parte de las estrellas delcielo cayó en el abismo. Yo no quiero tener nada que ver con el libre albedrío, pero trataré de ver si tengo libre albedrío dentro de mí.

Y encuentro que lo tengo. Verdadero libre albedrío para el mal, pero muy pobre albedrío para lo quees bueno. Suficiente libre albedrío cuando peco, pero cuando quierohacer el bien, el mal está presente en mí y cómo hacer lo que quisiera,no lo puedo descubrir. Sin embargo algunos presumen de libre albedrío. Me pregunto si aquellos que creen en él tienen algún poder mayorsobre las voluntades de las personas del que yo tengo. Yo sé que yo notengo ninguno. Encuentro que el viejo proverbio es muy cierto: “Un hombre puede llevar un caballo al agua, pero cien hombres no pueden hacer que be-ba.”

Encuentro que yo puedo llevar a todos ustedes al agua y a muchosmás de los que pueden caber en esta capilla. Pero yo no los puedohacer beber y no creo que ni cien ministros puedan hacerlos beber a ustedes. He leído a Rowland Hill, Whitfield y a otros muchos, para ver qué hicieron ellos. Pero no puedo descubrir un plan para cambiar las volun-tades de ustedes. No puedo persuadirlos. Y ustedes no cederán de ninguna manera. No creo que ningún hombre tenga poder sobre la voluntad de su compañero, pero el Espíritu de Dios sí lo tiene. “Los haré dis-puestos en el día de mi poder.”

Hace que el pecador que no tiene volun-tad quiera de tal manera, que va impetuosamente tras el Evangelio. El que era obstinado, ahora se apresura hacia la Cruz. El que se reía de Jesús ahora se aferra a su misericordia. Y el que no quería creer ahora es llevado a creer por el Espíritu Santo, no sólo con gusto sino ansiosamente. Es feliz, está contento de hacerlo, se regocija con el sonido del nombre de Jesús y se deleita en correr por el camino de los manda-mientos de Dios. El Espíritu Santo tiene poder sobre la voluntad. 3. Y sin embargo creo que hay algo que es peor que la voluntad. Po-drán imaginar a qué me refiero.

La voluntad es algo más difícil de do-blegar que el corazón. Pero hay una cosa que excede a la voluntad en su maldad y es la imaginación. Espero que mi voluntad esté dirigida por la Gracia Divina. Pero metemo que en ocasiones mi imaginación no lo está. Aquellos que tienen mucha imaginación saben qué cosa tan difícil es de controlar. No la pueden refrenar. Romperá las riendas.

Nunca serán capaces de domi-narla. La imaginación a veces volará hacia Dios con tal poder que las alas del águila no pueden igualarla. A veces tiene tal poder que casipuede ver al Rey en su belleza y la tierra distante. En lo que a mí res-pecta, mi imaginación me lleva a veces sobre las puertas de hierro, a través de ese infinito desconocido hasta las propias puertas de perlas ydescubrir al bendito Glorificado. Pero si es potente en un sentido también lo es en otro. Pues tambiénmi imaginación me ha hecho descender a los más viles escondrijos ycloacas de la tierra. Me ha traído pensamientos tan horribles, que a pe-sar de no poder evitarlos, he estado completamente aterrorizado porellos.

Estos pensamientos vendrán y cuando me siento en mi marcomás santo, más devoto hacia Dios y más fervoroso en mi oración, a me-nudo sucede que es el preciso momento que estalla la plaga en su peor forma. Pero me gozo y pienso una cosa, que puedo clamar cuando esta imaginación viene a mí. Yo sé que se dice en el Libro de Levítico, que cuando se cometía un acto de maldad, si la muchacha clamaba contra él, entonces salvaba suvida. Así sucede con el cristiano, si clama hay esperanza. ¿Pueden en-cadenar la imaginación? No, pero el poder del Espíritu Santo sí puede.Lo hará y ciertamente termina haciéndolo. Lo hace aún aquí en la tierra.

III. Pero la última cosa es, EL FUTURO Y LOS EFECTOS DESEA-DOS, porque después de todo aunque el Espíritu Santo ha hecho tanto no puede decir todavía, “Consumado es.” Jesucristo pudo exclamar en lo que concierne a su propia labor, “Consumado es” pero el Espíritu Santo no puede decir eso, tiene todavía más que hacer. Y hasta la con-sumación de todas las cosas, cuando el propio Hijo llegue a ser sujetoal Padre, el Espíritu Santo no dirá: “consumado es.” ¿Qué es lo que tie-ne que hacer el Espíritu Santo?

1. Primero, tiene que perfeccionarnos en la santidad. Hay dos clases de perfección que un cristiano necesita: una es la perfección de la justi-ficación en la persona de Jesús. Y la otra es la perfección de la santifi-cación obrada en él por el Espíritu Santo. Por el momento la corrupción todavía descansa en los pechos de los regenerados. Actualmente el corazón es parcialmente impuro. Todavía tenemos lujurias e imaginaciones malvadas. Pero, oh, mi alma se rego-cija al saber que viene el día cuando Dios terminará el trabajo que ha iniciado y presentará mi alma, no solamente perfecta en Cristo, sino,perfecta en el Espíritu, sin mancha o defecto, o nada parecido.¿Y es verdad que este pobre corazón depravado, llegará a ser tan santo como el de Dios? Y este pobre espíritu que a menudo exclama,

El Poder del Espíritu Santo

“¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de pecado y de muerte?” ¿Este mismo pobre espíritu, será libre del pecado y de lamuerte? ¿Y ya no oiré cosas malas que perturben mis oídos y no tendré pensamientos impuros que perturben mi paz? ¡Oh, feliz hora! ¡Que se apresure! Justo antes de que yo muera, se habrá terminado la santifi-cación pero hasta ese momento no puedo tener la perfección en mímismo. Pero en ese momento cuando parta mi espíritu tendrá su último bautismo en el fuego del Espíritu Santo. Será puesto en el crisol parasu última prueba en el horno. Y entonces, libre de toda escoria y fino como una barra de oro puro,será presentado a los pies de Dios sin el mínimo grado de escoria o mezcla. ¡Oh, hora gloriosa! ¡Oh, momento bendito! Pienso que deseomorir aunque no hubiera un cielo si tan solo pudiera tener esa última purificación y salir de la corriente del río Jordán totalmente limpio des-pués de ser lavado.

¡Oh ser lavado, y quedar blanco, limpio, puro per-fecto! Ni un ángel será más puro de lo que yo seré. ¡Sí! ¡Ni Dios mismo será más santo! Seré capaz de decir en un sentido doble, “¡Gran Dios,soy limpio, por medio de la sangre de Jesús soy limpio, y a través de la obra del Espíritu, también soy limpio!” ¿No debemos ensalzar el poderdel Espíritu Santo que nos hace aptos para estar ante nuestro Padre enel cielo?2. Otra gran obra del Espíritu Santo que no está cumplida todavía es la de traer la gloria del último día. En unos cuantos años, no sé cuan-do, no sé cómo, el Espíritu Santo será derramado en una forma muy di-ferente que en el presente. Hay diversidades de operaciones. Y durante los últimos años ha sidoel caso que las operaciones diversificadas han consistido en muy pocoderramamiento del Espíritu.

Los ministros siguen una rutina monóto-na, continuamente predicando, predicando, predicando y poco bien se ha hecho. Tengo la esperanza de que tal vez una nueva era ha amanecido sobre nosotros y que habrá un mayor derramamiento del EspírituSanto ahora. ¡Porque llega la hora y puede ser justo ahora cuando el Espíritu San-to será derramado otra vez, de una manera tan maravillosa que muchos correrán de un lado a otro y se incrementará el conocimiento! ¡El cono-cimiento del Señor cubrirá la tierra así como las aguas cubren la super-ficie de los grandes abismos! Vendrá Su reino y Su voluntad será hecha en la tierra como lo es en el cielo. No estaremos esforzándonos para siempre como Faraón, sin las ruedas de su carruaje. Mi corazón se alegra y mis ojos brillan con el pensamiento de que muy probablemente viviré para ver como se vierte así el Espíritu cuando, “los hijos y las hijas de Dios otra vez profetiza-rán y los jóvenes verán visiones y los ancianos soñarán sueños.”

Tal vez no habrá dones milagrosos porque no serán requeridos. Pero sin embargo habrá tal cantidad milagrosa de santidad, tal extraordina-rio fervor de oración, tal real comunión con Dios y tanta religión vital y tanta difusión de las doctrinas de la cruz, que todo mundo verá queverdaderamente el Espíritu es derramado como agua y las lluvias des-cienden de arriba. Oremos por eso, laboremos continuamente por eso ybusquémoslo de Dios.

El Poder del Espíritu Santo11Volumen 1 www.spurgeon.com.mx113. Otra obra más del Espíritu, que manifestará de manera especialSu poder, será la resurrección general. Tenemos razón para creer por laEscritura que la resurrección de los muertos aunque será efectuada porla voz de Dios y de Su Palabra (el Hijo) también será efectuada por elEspíritu. Ese mismo poder que levantó a Jesucristo de entre los muer-tos, también vivificará los cuerpos mortales. El poder de la resurrección es tal vez una de las mejores pruebas de las obras del Espíritu. ¡Ah, mis amigos, si pudiéramos desprender elmanto de esta tierra por un momento, si el verde césped pudiera cor-tarse y pudiéramos ver dos metros abajo en sus profundidades, qué mundo aparecería! ¿Qué veríamos? Huesos, esqueletos, podredumbre, gusanos, corrup-ción Y ustedes dirían, ¿Vivirán estos huesos secos? ¿Se pueden levan-tar? “¡Sí, en un momento! En un abrir y cerrar de ojos, a la final trom-peta, los muertos serán resucitados.” Él habla, ¡Están vivos! ¡Véanlos dispersos, el hueso se junta con su hueso! ¡Véanlos desnudos, la carne los recubre nuevamente! Véanlos aún sin vida. “¡Ven de los cuatro vien-tos, oh, aliento y sopla sobre estos muertos!” Cuando el viento del Espí-ritu Santo viene, ellos viven y estarán de pie como un gran ejército.

Así he intentado hablarles del poder del Espíritu y confío que se los he podido mostrar. Ahora debemos dedicar un momento o dos para una conclusión práctica. ¡Cristiano, el Espíritu es muy poderoso! ¿Qué con-cluyes de ese hecho? ¡Pues que tú nunca debes desconfiar del poder de Dios para llevarte al cielo! ¡Oh, qué dulce verso es ése que impresionómi alma el día de ayer!— “Su probado brazo todopoderoso Está levantado para tu defensa. ¿Dónde está el poder que pueda Alcanzarte en tu refugio O que pueda arrancarte de allí? El poder del Espíritu Santo es tu baluarte y toda Su omnipotencia tedefiende. ¿Pueden conquistar tus enemigos a la omnipotencia? Enton-ces pueden conquistarte. ¿Pueden luchar con la Deidad y arrojarla alsuelo? Entonces ellos pueden conquistarte. Pero eso no sucederá, por-que el poder del Espíritu es nuestro poder, el poder del Espíritu es nuestra fortaleza. Y una vez más, cristianos, si éste es el poder del Espíritu ¿por quéhabrían de dudar de algo? Ahí está tu hijo, ahí está tu esposa por la que has suplicado con tanta frecuencia, no dudes del poder del Espíri-tu. “Aunque tardare, espéralo; porque sin duda vendrá, no tardará.” Ahíestá tu esposo, oh santa mujer, has luchado por su alma y aunque es un infeliz tan endurecido y desesperado que te trata mal, hay poder enel Espíritu. Oh ustedes que han salido de iglesias desoladas con muy escasas hojas en el árbol, no duden que el poder del Espíritu los levante. Porque será “lugar donde descansen asnos monteses, y ganados hagan maja-da.” Abierto, pero deshabitado hasta que el Espíritu se derrame desde arriba. Y entonces el suelo árido será convertido en un estanque y la sedien-ta tierra tendrá fuentes de agua. Entonces en las habitaciones de los dragones, en donde cada uno de ellos yace, habrá pasto con carrizos yjuncos y ustedes ¡Oh miembros de este templo! Ustedes que recuerdan el Poder del Espíritu Santo, lo que Dios ha hecho especialmente para ustedes, nunca desconfíen del poder del Espíritu. Ustedes han visto el desierto florecer como el Carmelo.

Ustedes han visto el desierto florecer como una rosa. Confíen en Élpara el futuro. Salgan pues y laboren con esta convicción: el poder delEspíritu Santo es capaz de todo, vayan a su escuela dominical, vayan a distribuir sus folletos, vayan a su empresa misionera, vayan a predicaren sus habitaciones con la convicción de que el poder del Espíritu esnuestra gran ayuda. Y ahora por último, a ustedes pecadores. ¿Que más tenemos que de-cirles acerca de este poder del Espíritu? Estoy convencido que hay es-peranza para algunos de ustedes. Yo no puedo salvarlos, yo no puedoconmoverlos, a veces puedo hacer que lloren, pero se secan sus ojos ytodo ha terminado, pero yo sé que mi Señor sí puede. Ese es mi consue-lo. Tú, el primero de los pecadores, hay esperanza para ti, este poder te puede salvar como a cualquiera.

Es capaz de romper tu corazón aunque sea de hierro, puede hacer que de tus ojos broten las lágrimas, aunque hayan sido como rocas anteriormente. Su poder es capaz hoy, si Él lo quiere, de cambiar tu corazón, de modificar la corriente de todas tus ideas, de hacerte de inmediato unhijo de Dios, de justificarte en Cristo.

Hay poder suficiente en el Espíri-tu Santo. Él puede traer a los pecadores a Jesús. Él es capaz de hacerte querer en el día de Su poder ¿Quieres esta mañana? ¿Ha ido Él tan le-jos como para hacer que desees Su nombre, para hacer que desees a Jesús? Entonces, ¡oh pecador! Mientras Él te atrae di, “atráeme soy infeliz sin Ti.

” Síguelo, síguelo y a medida que Él te conduzca, pisa sobre sus huellas y regocíjate de que Él ha iniciado una buena obra en ti, porque hay una evidencia de que Él continuará haciéndolo hasta el final. Y ¡oh,tú abatido! pon tu confianza en el poder del Espíritu, descansa en la sangre de Jesús y tu alma es salva, no solamente ahora sino a través de la eternidad.




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